Enfoque 3: El bioplástico no tan fácil como parece
Aunque el nombre sugeriría otra cosa, los bioplásticos no son necesariamente más sostenibles que los plásticos convencionales.
Aunque el nombre sugeriría otra cosa, los bioplásticos no son necesariamente más sostenibles que los plásticos convencionales.
La denominación «bioplástico» no está protegida y, por lo tanto, es utilizada para denominar los productos más variados. La mayoría es clasificable en uno de estos dos grupos: plásticos biodegradables y plásticos de base biológica.
Los plásticos biodegradables se descomponen en agua y anhídrido carbónico a determinadas condiciones ambientales. Sin embargo, para la producción de botellas para bebidas se precisa un material que se mantenga especialmente estable en condiciones de humedad. Aunque sea solo por este motivo, los plásticos biodegradables no pueden ser la única solución al problema mundial de los desechos. Al contrario. En un documento estratégico sobre la gestión de desechos en el ciclo cerrado de materiales, la UE afirma que el término «compostable» podría incluso llevar a error a los consumidores, porque tirarían los embalajes sin más, y la situación ambiental podría agravarse aún más.
Según la agencia federal alemana de medio ambiente, desechar estos plásticos en plantas industriales de compostaje tampoco es la forma más sostenible de eliminarlos. Los bioplásticos se descomponen básicamente en forma de agua y anhídrido carbónico, por lo que no contribuyen a la formación de humus ni fertilizante. El servicio científico del parlamento alemán considera pues que es ecológicamente más sensato reciclar esos materiales como tales o, al menos, incinerarlos para generar energía. Pero en ambos casos los plásticos convencionales han demostrado ser mucho más eficientes.
Los plásticos de base biológica no se fabrican a partir de petróleo, sino de materias primas renovables. Visto así, este sería un enfoque sostenible. Sin embargo, considerando todo su ciclo de vida útil, los plásticos de base biológica a menudo no aportan beneficio ecológico alguno, sentencia el servicio científico del Parlamento alemán. La razón: suelen producirse a partir de cultivos creados específicamente para ello como el maíz, las patatas o la caña de azúcar. Dichos cultivos no suelen ser ecológicos, sino que se realizan utilizando métodos de alto consumo energético y plaguicidas y fertilizantes perjudiciales para el medio ambiente. Algo mejor es el balance ecológico que arrojan los bioplásticos obtenidos de los desechos procedentes de la agricultura o la silvicultura. Pero ni siquiera estos son, al menos en el estado actual de las cosas, más sostenibles que los plásticos convencionales, los cuales se producen utilizando tecnologías de bajo consumo y se reciclan como material.
Los bioplásticos no son sostenibles de por sí por dos razones:
La mayor dificultad es que para poder afrontar el problema mundial de los desechos y los recursos, se necesita un material que:
Sin embargo, entre los bioplásticos disponibles hoy en día, no hay ninguno que cumpla plenamente con los tres requisitos para el envasado de bebidas. Por supuesto que la investigación continúa y puede que un día den con el material ideal. Pero no hay razón para quedarse con los brazos cruzados esperando ese día. Los materiales existentes como el PET ya pueden ser producidos sin desperdiciar recursos y ser aprovechados dentro de un ciclo cerrado de reciclaje. Las tecnologías y los conocimientos técnicos para lograr un uso sostenible de los plásticos ya existen, solo tenemos que promover y asentar su uso.
¿Por qué no prescindimos simplemente de los plásticos?
Ante el desastre mundial de los desechos, el deseo de una vida sin plástico es comprensible, al menos emocionalmente. Sin embargo, desde el punto de vista racional, condenando los plásticos no le hacemos justicia a este material ni a nuestra vida. Por dos razones: la primera razón es que
Sin embargo, esto no significa en absoluto que la forma en que gestionamos los plásticos hoy en día sea siempre sensata y correcta. Porque, aunque en numerosas aplicaciones no sea posible prescindir del plástico, existen muchas otras opciones de utilizarlo con mayor mesura, de manera más sostenible, o de producirlo y gestionarlo sin despilfarrar recursos.
Krones ofrece a las empresas de la industria alimentaria y de bebidas toda una serie de soluciones destinadas a reducir el consumo de material de envase o embalaje y a estructurar en general y de forma sostenible el ciclo de vida de los productos plásticos. Desde el diseño de envases y embalajes, con miras a minimizar la cantidad de material necesario, hasta el reciclaje de los plásticos usados, pasando por la producción de los envases y embalajes con bajo consumo de energía. Le ofrecemos a las botellas de PET y otros embalajes la opción de tener una vida útil sostenible y ecológica, no solo una vez, sino infinidad de veces.
Ahorro con la producción de 1 kilogramo de PET reciclado (rPET) en comparación con la misma cantidad de material nuevo: