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    ¿Plásticos y sostenibilidad? Por qué y cómo hacerlo posible

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    Enfoque 5: Los plásticos como defensa del clima

    Los plásticos no tienen por qué representar forzosamente un problema para el medio ambiente. Usados correctamente, pueden incluso contribuir a protegerlo.

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    Esto se debe a que la huella ecológica del plástico, calculada a lo largo de toda su vida útil, es mucho menor de lo que se piensa, sobre todo si se compara con otros materiales. 
    Dos de las principales ventajas de los envases de plástico son que pueden producirse con poca energía utilizando poquísimo material. Una botella de vidrio de 0,5 litros, por ejemplo, pesa 170 gramos de media. En cambio, un envase de PET no retornable con la misma capacidad solo pesa 20 gramos, por lo que es un 88 por ciento más ligero.

    La liviandad de los envases de plástico repercute también positivamente en el balance ecológico de la logística de transporte. Y es que cuanto más ligero sea un producto, menor será el consumo de combustible necesario para su transporte y, por ende, menores serán las emisiones de CO2. La diferencia es aún más evidente cuando un ciclo de vida termina y otro comienza. Tras su devolución, las botellas de PET no retornables pueden ser comprimidas en forma de balas, ser recicladas en forma de escamas o pellets y, finalmente, ser devueltas al centro de envasado como preformas. Su tamaño definitivo lo adoptarán en la línea de envasado.

    Conclusión: Entonces, ¿qué envase es el más sostenible?

    No existe una respuesta universal a esta pregunta. Como pasa a menudo, la respuesta depende de la aplicación concreta y de sus condiciones marco. Lo que sí es seguro es que el ciclo de vida de las botellas de plástico no retornables también puede ser sostenible y, en términos generales, incluso con menos esfuerzo que con los envases retornables. Estos últimos requieren una compleja infraestructura que en muchos países debería ser implantada desde cero, algo particularmente difícil en regiones estructuralmente poco desarrolladas con una alta densidad de población. 

    Dos pájaros de un tiro

    Las plantas de reciclaje de plásticos presentan un rendimiento mucho más alto que las máquinas lavadoras de botellas requeridas para un sistema retornable. Estas plantas transforman los residuos en producto nuevo, por lo que contribuyen de manera significativa a eliminar el problema actual de los desechos. A modo de conclusión lógica, la gestión de desechos de material plástico no retornable podría ser totalmente regional, con mínimos gastos de transporte. De hecho, gracias a la tecnología de Krones, es posible aunar en un único centro todas las fases del proceso, desde la producción y el llenado de las botellas hasta su reciclaje.

    Enfoque 6: Las botellas de PET y la salud

    En Internet aparece a menudo que el PET podría contener plastificantes tóxicos o compuestos como el bisfenol A cuyo comportamiento sería similar al de las hormonas. Ambos aspectos son infundados y se basan en información falsa o mal interpretada.

    Los plastificantes garantizan la flexibilidad y elasticidad de los materiales plásticos que, de otro modo, se quebrarían. Por eso se utilizan, por ejemplo, en la producción de cables o zapatos deportivos. En cambio, en el caso del PET, no se utilizan plastificantes. Es más, debido a sus propiedades, el PET es un material ideal para la producción de envases de bebidas. La adición de plastificantes terminaría perjudicando dichas propiedades.

    Pero entonces, ¿por qué seguimos oyendo hablar de plastificantes en el PET? Porque hay un grupo de plastificantes que en la jerga técnica se llaman «ftalatos», y que a menudo se confunden con un componente del PET, el ácido tereftálico. Los ftalatos son criticados con razón por su efecto hormonal en muchas aplicaciones, pero aunque los nombres suenen muy similares, los ftalatos y el ácido tereftálico son dos sustancias completamente distintas y con propiedades diferentes.

    El bisfenol A, usualmente abreviado como BPA, es una sustancia base utilizada en la producción de policarbonato y resinas epoxi. Como puede tener efecto similar al hormonal, ha sido objeto de críticas durante varios años. La UE reaccionó a esta controversia prohibiendo el uso de policarbonato en biberones en 2011. No obstante, el BPA no se utiliza en la producción de PET.

    En el caso del PET, no se utilizan plastificantes.

    Enfoque 7: Una cuestión de actitud

    Los plásticos son los principales protagonistas del problema mundial de los desechos. Pero no son ellos la causa del problema. Si el plástico termina en el medio ambiente se debe a nosotros y nuestra es la responsabilidad de cambiar algo al respecto.

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    Según las estimaciones del WWF, de los 78 millones de toneladas de envases y embalajes de plástico producidos anualmente, el 32 por ciento termina en el medio ambiente de forma incontrolada. 

    ¿Qué hay que hacer?

    Los medios de comunicación y los consumidores expresan cada vez más su deseo de sustituir los plásticos por materiales alternativos. Pero si nos enfocamos en el auténtico problema de los residuos, la sustitución del plástico no comportaría ningún beneficio. Porque hasta los bioplásticos y demás materiales alternativos se convertirían en un problema si estos terminaran en el medio ambiente en lugar de ser eliminados y reciclados adecuadamente. Además, los plásticos cumplen tantas funciones en nuestras vidas que una supresión total no sería ni sensata ni viable. Por lo tanto, sería mucho más urgente y sobre todo más eficaz cambiar nuestra forma de pensar y de actuar. No olvidemos pues que los plásticos no son peligrosos de por sí, sino que lo es su torpe gestión.

    Depende del compromiso de todos y cada uno de nosotros

    Para mejorar esta situación, la política, la economía y los consumidores comparten igual responsabilidad. En Krones siempre hemos pensado en términos de soluciones practicables. Ya sea mediante el diseño de envases que ahorren material, con máquinas de alta eficiencia en el consumo energético y de fluidos o con plantas de reciclaje de PET y otros plásticos. El objetivo de nuestras soluciones es hacer el uso sostenible de los recursos tan fácil y rentable como sea posible. Los principales impulsores de todo esto son nuestras empleadas y empleados de Krones, que cada día vuelven a demostrar cuánto se puede lograr con optimismo, energía y una sana porción de pensamiento crítico. Sin embargo, cuando se trata de garantizarle un futuro a nuestro mundo, no solo somos responsables por cómo operamos en nuestra vida profesional sino también por cómo nos comportamos en nuestra vida privada. Porque toda colilla y toda botella que se arroje al medio ambiente y todo embalaje que no se deseche en el centro de recogida de materiales reciclables seguirá agravando el problema. Así que está en mano de todos hacer algo por mejorarlo.

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