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    Job Sharing: ¿En qué consiste el trabajo compartido?

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    Hoy en día es indispensable contar con modelos laborales con horario flexible: Los empleados no se ven obligados a elegir entre la vida laboral y familiar, sino que concilian ambos ámbitos. Pero las empresas también pueden beneficiarse de estas nuevas formas de trabajo. Una de ellas es el Job Sharing o trabajo compartido, que en los últimos años ha demostrado ser un modelo de éxito muy innovador.

    La particularidad del trabajo compartido es que dos o más empleados comparten un puesto de trabajo a jornada completa trabajando muy estrechamente en equipo. Se reparten sus horas de trabajo y sus tareas de forma individual y flexible entre ellos. Comparando con el empleo tradicional a media jornada, los tándems también pueden ocupar puestos de mayor responsabilidad y continuar así su promoción profesional. Por tanto, este modelo también puede utilizarse como un valioso instrumento para la promoción profesional de la mujer, quien a menudo se ve obligada a repartirse entre el trabajo y el cuidado de los hijos. Pero compartir el puesto de trabajo no solo es una opción atractiva para las madres y los padres que deseen transcurrir más tiempo con la familia y los hijos, sino también para aquellos que deseen seguir estudiando o simplemente probar algo nuevo. La rutina diaria de los empleos tándem se organiza de forma autónoma en función de la vida personal y de las preferencias de cada uno, previa consulta con el jefe, por supuesto.

    Dos empleados trabajando como uno solo

    En Krones también hemos tenido ya experiencias positivas con el modelo de trabajo compartido. Existen equipos que llevan compartiendo su puesto de trabajo durante años. “La idea surgió después de que mi compañera volviera de su baja maternal”, cuenta Tanja Rußler, de la división FI Billing, que trabaja en tándem con Renate Buhl desde 2012. “Primero me hice cargo de su trabajo durante tres años. Luego quise trabajar menos horas para poder pasar más tiempo con mis hijos. Cuando Renate volvió de su baja maternal, nuestro superior nos ofreció trabajar en Job Sharing”, dice. “Estaba muy contenta de poder conservar mi trabajo anterior y disponer de un buen equilibrio entre la vida laboral y familiar gracias al Job Sharing”, añade Renate Buhl.

    Stephanie Edenhofer y Beate Buchhauser, del departamento de ventas, llevan aún más tiempo trabajando juntas: 16 años. Ambas compañeras habían estado de baja por maternidad tras el nacimiento de sus respectivos segundos hijos y se reincorporaron al trabajo a la vez. “Como ya nos conocíamos de antes, unimos nuestras fuerzas y presentamos una solicitud de empleo como si fuéramos un único empleado”, recuerda Stephanie Edenhofer.

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    Beate Buchhauser y Stephanie Edenhofer (de izquierda a derecha) volvieron a trabajar juntas hace 16 años y desde entonces comparten el puesto de trabajo.

    El equipo formado por Katrin Maier y Ruxandra Sadovan, de CO Financial Planning and Analysis, se creó en octubre de 2021. Antes de pedir la baja por maternidad, Katrin Maier trabajaba en la división FI Group Consolidation y Ruxandra Sadovan llevaba ya cinco años trabajando en Controlling para la Región del Mundo Oriental. “El año pasado se cubrió nuestro puesto. Y a mí me surgió la oportunidad de encargarme de la mitad de nuestro puesto además del mío. Katrin se hizo cargo de la otra mitad”, explica Ruxandra Sadovan.

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    Se complementan perfectamente en sus capacidades y puntos fuertes: Ruxandra Sadovan y Katrin Maier (de derecha a izquierda)

    Responsabilización en la asignación de tiempo y tareas

    Para organizar la vida diaria del trabajo en equipo se precisa un procedimiento estructurado y transparente: “Fijamos nuestro horario de trabajo y nos repartimos las tareas de manera que se cubran las 35 horas semanales. De este modo nuestro jefe y nuestros compañeros saben exactamente qué días de la semana trabaja cada cual”, dice Beate Buchhauser. “Lo importante es que siempre haya alguien disponible. Esto se aplica sobre todo a los casos de suplencias por enfermedad o cuando alguien libra”, añade Katrin Maier. Mientras que Tanja Russler y Renate Buhl no se ven nunca en la oficina, los otros dos equipos se solapan algunos días laborables o incluso coinciden presencialmente un día entero.

    Cada equipo elabora su plan de trabajo. Tanja Rußler y Renate Buhl, por ejemplo, trabajan juntas para gestionar las facturas extranjeras, las reclamaciones y los envíos. “En nuestro caso las tareas son idénticas: El trabajo lo realiza quien esté encargada en ese momento, y donde la una lo deja, la otra sigue”, dice Renate Buhl. Para sincronizarse utilizan un buzón común. Stephanie Edenhofer y Beate Buchhauser son coordinadoras de ventas y gestionan los proyectos de las sucursales del Reino Unido, Irlanda, Escandinavia y los países bálticos. “Trabajamos juntas en los mismos proyectos como si fuéramos una sola persona. Así pues, los días en que una de ellas no está, la otra es la responsable de que todo salga adelante. El trabajo se tramita de manera fluida porque ambas están incluidas en la lista de correo, porque el asistente de gestión de ausencias está configurado de forma correspondiente o porque, si es preciso, se va recogiendo en una breve lista el trabajo que queda pendiente”, cuenta Stephanie Edenhofer.

    El enfoque es diferente en el equipo de Ruxandra Sadovan y Katrin Maier porque ambas tienen tanto su cometido propio como el común. “Ambas somos igualmente responsables de los procesos de control y planificación en las filiales, pero hemos dividido las regiones. Por lo tanto, tenemos reuniones en horarios diferentes: yo tengo reuniones con Asia, China y África por la mañana y Ruxandra tiene reuniones con América del Norte y América Latina, Europa y el mundo oriental por la tarde”, explica Katrin Maier. “Además, contamos con una asignación temática global, es decir, temas y tareas en las que trabajamos de forma independiente”, explica Ruxandra Sadovan.

    La simpatía y la comunicación es fundamental

    Para que el trabajo en equipo funcione deben cumplirse algunos requisitos. “La base debe ser la voluntad de tirar juntas de la misma cuerda y asumir conjuntamente toda la responsabilidad”, dice Beate Buchhauser. “El éxito de la cooperación solo es posible si hay feeling. Tanja y yo nos llevamos bien y también mantenemos contacto más allá del trabajo”, dice Renate Buhl. Mantener una estrecha comunicación es esencial tanto si los miembros del equipo se alternan como si se solapan: “Consultarse regularmente es imprescindible. La planificación diaria forma parte de nuestro trabajo cotidiano dado que el flujo de información es muy grande y el trabajo se tiene que ejecutar dentro de los plazos. Por eso hablamos por teléfono varias veces al día”, dice Ruxandra Sadovan. Además, se requiere cierta flexibilidad: “Si una de nosotras se pone enferma, la otra la suple”, dice Tanja Rußler. “Es cierto que hay que estar siempre disponibles, pero también hay que ser capaces de meternos rápidamente en los temas que está llevando la compañera”, explica Katrin Maier.

    La base debe ser la voluntad de tirar juntas de la misma cuerda y asumir conjuntamente toda la responsabilidad. Erwin HächlBeate BuchhauserSA EU WE U.K., Ireland, Nordic, Baltics

    Cuatro ojos ven más que dos

    El trabajo en equipo puede ser una opción para los empleados cualificados de Krones y con muchos años de antigüedad en la empresa que no pueden o no quieren trabajar a tiempo completo por motivos personales. Lo que más entusiasma a los compañeros del trabajo compartido es, sobre todo, la posibilidad de pasar más tiempo con sus hijos sin tener que dejar de lado su trayectoria profesional. “Como esposa y madre aprecio mucho el hecho de no tener que sacrificar una cosa por otra y poder conciliar fácilmente ambas áreas”, afirma Stephanie Edenhofer. “Gracias a esta flexibilidad podemos planificar mejor la vida privada y la vida en general”, añade Renate Buhl.

    Pero eso no es todo: “El Job Sharing también ofrece la posibilidad de avanzar y desarrollarse profesionalmente, algo que no funciona tan bien con el trabajo convencional a media jornada”, dice Ruxandra Sadovan.

    Como esposa y madre aprecio mucho el hecho de no tener que sacrificar una cosa por otra y poder conciliar fácilmente ambas áreas. Erwin HächlStephanie EdenhoferSA EU WE U.K., Ireland, Nordic, Baltics

    La empresa también se beneficia de este modelo, y es que los compañeros de equipo se complementan en sus capacidades, puntos fuertes y experiencias, persiguiendo objetivos comunes. “Stephanie y yo confiamos ciegamente la una en la otra, pero hacemos las cosas de forma diferente. Esta visión desde dos perspectivas distintas nos permite encontrar siempre nuevas ideas y soluciones. Así aprendemos también la una de la otra. Lo veo como un producto común y, por tanto, como un enriquecimiento”, explica Beate Buchhauser. Además, el hecho de dotar un puesto de personal por partida doble repercute en el aumento de la calidad del trabajo: “Es una suerte que la compañera revise determinados procesos y lo verifique todo. El principio de los cuatro ojos minimiza los errores y siempre se tiene una visión global precisa del asunto”, dice Ruxandra Sadovan. El Job Sharing permite un mayor equilibrio entre la vida laboral y familiar, por lo que las empresas cuentan con empleados experimentados, satisfechos y comprometidos, a la par que se crean mejores oportunidades profesionales especialmente para las mujeres.

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