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    La vida cotidiana en Krones en tiempos de coronavirus, parte 5: de Brasil a China

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    Por supuesto, nuestro objetivo en todo el mundo es prevenir la propagación del virus en el entorno laboral de la mejor manera posible. Ya sea en Brasil, Tailandia o EE. UU.: en casi todas las partes del mundo se introdujeron normas de higiene más estrictas, teletrabajo en lugar de trabajo presencial y un mayor uso de Teams como lugar de reuniones. Hablando con nuestros colegas internacionales, en Neutraubling hemos constatado sin embargo que la situación varía de lugar en lugar. Por eso, hemos recogido aquí una visión general de la vida cotidiana en tiempos de coronavirus y desde acá los llevaremos a un pequeño viaje alrededor del mundo comenzando por Europa, pasando por Rusia y Asia y hasta Sudamérica. 

    En primer lugar, vamos a visitar a nuestros vecinos, los franceses: el 17 de marzo se decretó en Francia el llamado «confinement», un confinamiento estricto, pero en nuestro emplazamiento se pudo seguir trabajando, naturalmente, respetando las normas de higiene y el distanciamiento físico. Dado que los alojamientos de los técnicos de servicio se encontraban en ocasiones en la denominada «zona roja» (en una región con un número de infecciones especialmente elevado y restricciones aún más estrictas), el problema más urgente era garantizar que los técnicos de servicio tuvieran una posada. La mayoría de los hoteles siguieren cerrados, pero al final todos los colegas pudieron ser alojados: o bien en uno de los pocos hoteles que continuaron abriendo sus puertas a los viajeros de negocios o en un apartamento Airbnb. 

    Además de Francia, Italia es uno de los países europeos más afectados por la pandemia del coronavirus. Hasta ahora, solo un empleado de nuestra filial Kosme en Roverbella contrajo la enfermedad, pero, afortunadamente, como trabajaba desde su casa, no hubo más infecciones dentro de la empresa. El confinamiento en Italia fue muy estricto, por lo que System Logistics tuvo que interrumpir la producción durante tres semanas e, incluso en Kosme, las operaciones no se reanudaron hasta principios de mayo. Sin embargo, ambas empresas pudieron prestar ayuda continua a los clientes con solicitudes y problemas urgentes, en particular aumentaron las consultas telefónicas o de asistencia remota. Afortunadamente, el equipo de asistencia en los emplazamientos también fue reforzado por aquellos colegas que regresaron de las obras en todo el mundo debido a las restricciones de viaje. 

    Las restricciones de viaje se han hecho sentir, entre otros países, también en Hungría: cerca de 80 empleados que estaban en Alemania para fines de capacitación regresaron a Hungría, al igual que algunos técnicos de montaje de otros países. Sin embargo, esta pausa involuntaria fue beneficiosa para el ramp-up de nuestra planta en Debrecen. En efecto, aunque se interrumpieron las fases de curso de formación y de arranque de los trabajadores húngaros que habían tenido lugar en Alemania, los colegas pudieron poner en práctica directamente lo aprendido. Por ejemplo, se ha empleado toda la fuerza laborativa en adelantar la puesta en marcha de las áreas de producción y montaje en Debrecen. 

    Un poco más al norte, en nuestro emplazamiento británico en Bolton, nuestros colegas también aprovecharon la crisis con éxito como una oportunidad: mientras que algunos pedidos se pospusieron, los compañeros desarrollaron nuevas estrategias de negocio para el servicio posventa LCS durante el tiempo ganado y se apresuraron a ayudar a los clientes con problemas técnicos. Desde que las restricciones han sido aflojadas en parte, los colegas han hecho todo lo posible para replanificar los pedidos anulados y reanudar los proyectos de maquinaria nueva. 

    Ahora llegamos a la última etapa en Europa: Rusia. En ningún otro país de Europa hay tantas personas infectadas como aquí, y nuestra sucursal rusa se encuentra directamente en el epicentro del coronavirus, en la zona que rodea Moscú. Afortunadamente, el emplazamiento de Krones ha podido mantener sus operaciones gracias al teletrabajo, al cumplimiento de la obligación de usar mascarillas y a las normativas de distanciamiento físico, e incluso a la provisión de equipos de protección individual a los trabajadores que no pueden trabajar desde sus casas. Una vez más, las restricciones de viaje se hicieron sentir, y los técnicos alemanes no pudieron ingresar al país. Sin embargo, los técnicos de montaje locales hicieron un gran trabajo, por lo que todos los proyectos de servicio técnico se pudieron completar a tiempo. 

    La estructura descentralizada de servicio es acertada y rentable 

    Si damos un vistazo a la región de Asia/Pacífico se observa que esta estructura descentralizada de los servicios posventa resulta especialmente eficaz. Entre Pakistán y Nueva Zelanda, Sri Lanka y Japón, en casi todos los países se encuentran técnicos de servicio locales, por lo que las operaciones urgentes de servicio técnico se pudieron realizar principalmente directamente con los colegas ahí residentes. Sin embargo, también hubo algunos países, como Bangladesh, Camboya y la India, en los que el gobierno no permitió en absoluto las operaciones de servicio debido a las estrictas reglas de confinamiento. Para reducir la infrautilización, se ofrecieron programas alternativos a los empleados de la región, como la formación en línea, y se adoptaron medidas internas de Krones, como la utilización de las horas extraordinarias y de las vacaciones. Debido a la limitada presencia de ayuda estatal en esta región, las medidas de Krones contribuyen a ayudar a los empleados. 

    A continuación, cruzamos el océano y vamos a América Latina: desde mayo, Sudamérica ha sido declarado nuevo epicentro del coronavirus, siendo Brasil el país más afectado. Nuestra sucursal en São Paulo comenzó a adoptar medidas de seguridad e higiene después del brote de la pandemia del coronavirus en Europa, y dispuso el teletrabajo para los empleados, cuyas actividades lo permiten, a partir de mediados de marzo. Gracias a estas precauciones tempranas, así como a la solidaridad y al gran compromiso, los compañeros han podido mantener las operaciones y seguir apoyando a los clientes, incluso en estos tiempos muy difíciles. 

    Para terminar, vamos a hacer una parada en China. En nuestro emplazamiento en Taicang, se ha establecido una nueva normalidad laboral después de que el país fuera el primero del mundo en enfrentarse a los efectos del brote del coronavirus. Después de la tradicional semana de vacaciones de principios de febrero con motivo de la fiesta china de Año Nuevo, que el gobierno había prolongado tres días, la producción se detuvo inicialmente una semana más de lo previsto. A partir del 10 de febrero, la fabricación y el montaje reanudaron las operaciones, pero sólo se permitió el ingreso a las instalaciones de la planta al personal sin síntomas. A comienzos de marzo, los trabajadores de la oficina también regresaron del teletrabajo, pero desde entonces solo han trabajado bajo las más estrictas precauciones de seguridad: la obligación de utilizar máscaras también en su propio puesto de trabajo, el estricto cumplimiento de la distancia mínima (incluso durante las comidas y los recesos para los fumadores) y la medición de la temperatura corpórea hacen parte de la rutina diaria. Por ejemplo, si a un empleado se le detecta una temperatura de 37,5 grados Celsius o más, se le prohíbe el ingreso y debe consultar inmediatamente a un médico. Sin embargo, dejamos lo mejor para el final: a mediados de febrero, Krones apoyó como medida inmediata, a la región particularmente afectada de Wuhan con una donación de 125.000 euros. 

    Esto nos lleva por el momento al final de nuestra pequeña gira mundial. Lamentablemente, también aquí se confirma la triste verdad de que la pandemia del coronavirus tiene dominado el mundo entero. Pero en Krones también hemos visto en este contexto lo valioso que puede ser la cooperación con las sucursales internacionales: sobre la base de la experiencia de colegas de regiones en las que la pandemia ya había tenido un impacto inmenso, se ha podido actuar con mayor rapidez y competencia en los emplazamientos de otras regiones que hasta la fecha no se habían visto afectadas. De este modo, también se pudieron adoptar medidas tempranas para controlar el virus en el puesto de trabajo. También hemos aprendido lo siguiente: gracias a la solidaridad y el esfuerzo se puede sacar el máximo provecho de la crisis, y eso, afortunadamente, también funciona en todo el mundo. 
     

     

     

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